jueves, 29 de noviembre de 2012

COMUNICADO URGENTE


¡HA LLEGADO EL DÍA, DALE CUERDA A TU BRAZO!


La etapa por la que atraviesa nuestra universidad está determinada por tres componentes macropolíticos que es necesario precisar: a) La explícita política de privatización de la educación superior y de desmontaje de la universidad pública. b) La apertura por los organismos internacionales de líneas de préstamos para impulsar la investigación y la ciencia en zonas emergentes como América Latina. c) La voluntad burocrática de evadir la acción fiscalizadora y moralizadora en las gestiones corruptas de la administración estatal, municipal y educativa.

Desde esta perspectiva debemos evaluar los últimos acontecimientos que, respecto a la actividad universitaria, han suscitado grandes interrogantes:

Marcha por la paz: La reciente movilización convocada por el actual Rector aprista de San Marcos, Pedro Cotillo, ha puesto en evidencia las paradojas de la diletante estrategia antiterrorista del gobierno y la absoluta desidia frente al futuro de las universidades públicas del país. Por supuesto que ha sido la prensa parametrada y políticamente controlada por los grupos económicos, en contubernio con la clase política y las mafias corruptas que desean enquistarse en la nación, la que ha servido de caja de resonancia. Los periodistas de todos los medios han resaltado anuentes el supuesto rechazo a las huestes de Abimael que simbolizaría dicha movilización, sin buscar informar con veracidad sobre la real situación de las instituciones de educación superior del Estado y de las cúpulas corruptas que las gobiernan, como es el caso más patético de la Decana de América.

A pesar de que, durante los meses anteriores, diversos grupos docentes y agrupaciones estudiantiles han hecho llegar documentos que ponen en evidencia la forma antiestatutaria y espuria como se han apropiado del control de la universidad más antigua del continente, ningún medio de comunicación ha difundido información sobre la forma ilegítima como la actual Alta Dirección ha asumido sus cargos. La falta de coherencia de la gestión de Cotillo frente al terrorismo ha pasado incólume porque se ha privilegiado la noticia sensacionalista que oculta la ausencia de una estrategia seria frente al crecimiento de Sendero. Los sanmarquinos sabemos que la actual gestión concede y establece acuerdos con los grupos y operadores políticos de todos los sectores enquistados en la universidad como parte de su política de convivencia corrupta. Los docentes, estudiantes y trabajadores de la universidad más antigua del continente, firmes en nuestras convicciones democráticas rechazamos la violencia y el terrorismo, pero simultáneamente denunciamos la actitud oportunista y cómplice de la actual gestión de la universidad frente al senderismo.

El reglamento de actividades docentes: Empleando en forma maniquea un Decreto Supremo, en cuyo artículo 6°, inciso g), se excluye expresamente a la universidad pública, de quien se respeta su autonomía, en el proceso de acreditación y calidad educativa, se pretende coactar la actividad intelectual y académica de la comunidad universitaria imponiendo una centralización burocrática que se convertiría en un mecanismo para sancionar y separar a los docentes que, sobre la base de cumplir con sus obligaciones con San Marcos, amplían su labor docente, cultural y de proyección social a otros sectores y ámbitos. La disposición pretende convertir al docente en un trabajador administrativo y burocrático que estaría incurso si, convertido en adivino o pitoniso, no puede prever o anticipar en diciembre lo que hará el año siguiente. De modo que si acepta una conferencia, presentar un libro o dictar algunas clases en el marco de una labor de difusión puede ser sometido a sanción o separación. En otras palabras, la universidad convertida en cuartel.

Nuevos requisitos para las investigaciones: Algo semejante ha ocurrido con los proyectos de investigación. Cuyas reglas para el otorgamiento de las subvenciones económicas se pretenden cambiar, con el anuncio de reducción de recursos. De manera que lo transparente del concurso de proyectos se transforma en medio de clientelaje político y anuencia a la gestión actual.

Hay suficiente evidencia como para afirmar con sustento que la Alta Dirección de la Decana de América ha caído en manos del aprismo negativo, cuyo interés principal consiste en avalar la privatización de la educación superior, aprovechar en términos partidarios las líneas de financiamiento a la investigación y la ciencia e impulsar la reconstrucción de su organización a partir de una convivencia con la corrupción institucionalizada en el país.

La estrategia del Apra ya es conocida, radica en el desconocimiento de normas y reglas democráticas, la imposición autoritaria de decisiones por medio de recursos y usos cuestionables, fortaleciendo del oportunismo y la fragmentación o división de los trabajadores. Su programa se basa en el amedrentamiento, la presión, el clientelaje y la intimidación autoritaria para incorporar al aparato burocrático a sus cuadros anuentes y mediocres, con el único objetivo de lucrar y dilapidar recursos del Estado, que son para todos los peruanos.

Se intenta imponer un clima de temor y control burocrático, con la intención de desestabilizar y eliminar cualquier oposición. Son pocas las Facultades cuyas autoridades y miembros de los órganos de gestión interna son producto de una elección democrática. Debemos respaldar a dichos representantes, para que no cedan ante la presión y la intimidación administrativa. La ley, el Estatuto y otras normas conceden a las Facultades y sus órganos de gobierno autonomía administrativa y académica como corresponde a una vida académica democrática. Los vicerrectorados no pueden dictaminar por encima de la comunidad académica de cada Facultad, sin caer en autoritarismo y acciones ilegales, sostenidas en ambigüedades o antojadizas interpretaciones o supuestas analogías de normas o reglamentos.

Ante una gestión espuria, ilegítima y prepotente la única alternativa que tenemos es dejar de lado diferencias secundarias para establecer una oposición unánime, solidaria y ética que desenmascare la real naturaleza de la gestión actual. A partir de nuestra unidad podemos exigir una reforma universitaria profunda. Camino a dicho objetivo debemos poner en práctica una disidencia democrática que deslegitime la continuidad o permanencia de la gestión actual y todos sus actores, cómplices y corruptos. La consigna debe ser “podrán reinar, pero no gobernar”. La única alternativa para recuperar el rumbo de nuestra tradición es la unión bajo un objetivo ético: moralizar la vida académica universitaria.

¡Organizar la disidencia democrática y solidaria: que reinen, pero no gobiernen!

¡Respaldar a las autoridades probas y democráticas en su rechazo al autoritarismo y el chantaje político!

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