viernes, 7 de noviembre de 2008

Manifiesto

LETRAS Y NÚMEROS. Consenso, Ética y Responsabilidad

SAN MARCOS: UNA RESPONSABILIDAD COLECTIVA

Es tiempo de asumir por completo los 456 años de nuestra vida institucional. La Universidad Decana de América no puede ser el botín de un puñado de personas o de un solo individuo. San Marcos somos todos porque las consecuencias de cualquier fracaso o derrota las sufriremos todos sin distingos de ningún tipo. En una etapa particularmente decisiva para el futuro de la universidad pública, en el contexto latinoamericano y mundial, debemos enfatizar que la responsabilidad frente al destino de la universidad más antigua del país es, en primer lugar, de toda la comunidad universitaria sanmarquina.

Como universidad patrimonio del Perú, nuestra experiencia nos señala con claridad cuáles son los graves errores del pasado que debemos evitar. Caudillismo, intolerancia, sectarismo, radicalismo, oportunismo e impunidad propician enjuiciamientos apresurados e interesados, decisiones autoritarias y arbitrarias, improvisación y carencia de perspectiva. Es la añeja visión pigmea encerrada en cuatro paredes que termina por postergar eternamente el desarrollo académico y cultiva la división en quienes deberían estar trabajando unidos en forma natural.

Frente a ello enarbolamos la convicción de que la Universidad Mayor del país es una responsabilidad colectiva. Subordinar los intereses personales, las ideologías sectarias y las necesidades corporativas al engrandecimiento de San Marcos define una política para la universidad de profunda repercusión porque la propia universidad como política supone un rechazo ético a los males históricos y una apuesta por un cambio, una reforma que nos permita construir la calidad de la formación superior que nos ubique entre las mejores del continente.

Todo esfuerzo colectivo requiere del diálogo y el consenso. No se trata de hipotecar nuestra responsabilidad a un grupo de personas ni de declarar principios abstractos que no se reflejen en nuestra labor cotidiana. En esa estrategia coinciden liberales y fundamentalistas que desean gobernar en base al descrédito de lo consensual y comunitario. Para una Universidad como San Marcos, con un compromiso histórico a favor del desarrollo social del país, el diálogo como compromiso con la universidad no es una simple palabra o una promesa sino una permanente práctica que democratiza las decisiones en cada instancia de conformidad con puntos específico de acuerdo sobre los que no debe existir ningún tipo de dudas.

En tal sentido, nuestra identidad como movimiento que congrega a la comunidad universitaria de San Marcos se fundamenta en principios que podemos resumir en los siguientes:

1º Hacia una universidad nacional globalizada

Para las universidades públicas de América Latina, el consolidar una formación académica confiable, el generar nuevos conocimientos e innovaciones tecnológicas son requisitos para la sobrevivencia. La internacionalización de la educación superior está en marcha y es inevitable. Ella supone cambios profundos en la dinámica del aprendizaje, en los instrumentos de evaluación, en el establecimiento de metas y de objetivos de conformidad con estándares internacionales. La calidad académica, la acreditación y la descentralización, así como el compromiso institucional para contribuir a la inserción del Perú en la Sociedad del Conocimiento, deben ser los soportes de San Marcos en la era de la globalización. La Decana de América tiene que dialogar con otras en el plano regional e internacional y construir un entorno de interacciones recíprocas.

2º Palabra y acción: Proyecto Político Educativo

Debemos construir una tradición de diálogo y consenso entre los miembros de la comunidad universitaria. Consolidar el espacio que San Marcos ha ganado a través de sus 456 años de vida institucional, no solamente por su significación histórica sino por su aporte a la sociedad peruana. La meta es formar profesionales e intelectuales altamente capacitados en las diferentes áreas del saber, con la vocación de servir a nuestra nación. Ello supone asumir con responsabilidad nuestras palabras y propuestas, que deben tomar cuerpo en el Proyecto Político Educativo (PPE) de San Marcos.

Este aparece como un instrumento esencial para que la universidad pueda enfrentar los retos y exigencias futuras en materia de la tarea de formación académica y generación de conocimientos. Su formulación permite precisar el conjunto de valores, presupuestos y acciones que deben orientar la actividad formativa universitaria. En tal sentido, el proyecto debe ser expresión de la voluntad y el consenso de toda la comunidad y asumirse como continuidad independientemente de los posibles cambios en la dirección y gestión de la Universidad. Sólo así puede ser efectivo como instrumento, en la medida de que al ser construido de forma integral, reflexiva, consciente y sistemática permita a la colectividad universitaria anticipar los cambios venideros para posicionarse de un espacio en la sociedad y el mercado competitivos y cambiantes.

Para San Marcos, el PPE significa el logro de su madurez como institución. Es decir, la clara comprensión y aceptación por parte de sus autoridades, docentes, estudiantes y trabajadores de la necesidad de superar etapas previas de enfrentamiento, rencillas, divisiones internas para concertar y dialogar en búsqueda de una alternativa de desarrollo institucional que beneficie a todos.

3º Gestión del conocimiento y comunidad académica

Somos universidad, no empresa. Lo que debe distinguir a nuestra institución no es exclusivamente una gestión administrativa moderna y eficiente, sino sobre todo una gestión orientada hacia la producción de nuevos conocimientos. Preparar a los estudiantes en función de la construcción de un mundo basado en el saber exige la asimilación de las nuevas tecnologías a la práctica de enseñanza superior. En particular, las aulas virtuales, foros cibernéticos, redes de interés, redes avanzadas, plataformas de información para el intercambio crítico; constituirán el rostro virtual de la universidad del mañana.

Tenemos que imaginar nuestra tarea docente de la mano de esa revolución cognoscitiva. Se ha configurado un nuevo escenario de consumidores súper informados, mercados globalizados, demandas direccionadas e información que transitan por los más diversos canales. En ese entorno debemos transitar de una formación académica que busca optimizar la información y distribuirla a una que pretende innovar y generar nuevos conocimientos, pero dicho cambio sólo será viable si dotamos a la capacidad instalada mental de condiciones para su gestión. Desde esa perspectiva el ejercicio del gobierno de la Universidad conlleva una responsabilidad compartida con una comunidad académica y un compromiso ético ineludible frente a la colectividad.

4º Reforma curricular integral y permanente

Una reforma administrativa o el ordenamiento institucional son necesarios pero no garantizan una mejora sustantiva en la enseñanza que impartimos. Como cualquier entidad que pretenden proyectar su actividad hacia nuevos horizontes, debemos realizar un esfuerzo serio de evaluar nuestros planes de estudio en pregrado y posgrado, para estar en condiciones de potenciar las diversas disciplinas que impartimos y de identificar la nueva oferta educativa de San Marcos, de formación especializada o técnica. Debemos pensar nuestro crecimiento como una gran posibilidad de consolidar nuestra presencia educativa en todo el ámbito metropolitano. Sólo impulsando colectivamente una reforma curricular integral y permanente en los próximos años podremos ubicar la formación académica que se imparte en nuestras veinte facultades de conformidad con los estándares internacionales. Ello constituye la base para la consolidación de nuestra imagen internacional y para consolidar un liderazgo real entre las instituciones de educación superior.

5º Una formación académica para la investigación

Promover la investigación científica, tecnológica y humanista orientada fundamentalmente al desarrollo nacional. Se hace necesario modificar los moldes altamente escolarizados de la formación académica en el pregrado e introducir programas de iniciación científica, a fin de ofrecer al estudiante sanmarquino un primer contacto con la práctica de la investigación académica orientada a la búsqueda de la verdad y del nuevo conocimiento. El propósito es internacionalizar nuestra imagen de ciencia, a través del incremento de la producción científica, que debe reflejar la importancia y trascendencia de nuestras investigaciones. Para ello será importante fortalecer nuestros postgrados mediante una estrecha vinculación con la investigación, que promueva no sólo a las diversas disciplinas, sino la confluencia multidisciplinaria, interdisciplinarias y transdisciplinaria. Debemos convertir nuestra casa de estudios en una universidad para la investigación si deseamos estar entre las mejores universidades del mundo. Abandonar la tiza y el dictado para promover la creatividad y la investigación, desde los primeros semestres, para que todo nuestro sistema universitario promueva búsqueda de la verdad, el entendimiento y generación del conocimiento. Eso supone apoyar el talento, incentivar la creatividad, apostar por la innovación e incluso convocar a los egresados no sólo para ponerse al día, sino para aportar con su experiencia.

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